Muchos de los propietarios que estaban indecisos a destinar un inmueble al alquiler, se lanzan a ello gracias a los seguros de impago.

Como ya comentábamos en la noticia El 22% de los españoles alquila, se ha podido observar que en los últimos años la adquisición de vivienda ha descendido a favor del alquiler. Muchos creen que resulta sorprendente este cambio de mentalidad española, pero lo cierto es que va de la mano del contexto socio-económico actual.

Pues bien, en este marco los propietarios encuentran el alquiler como una actividad rentable (suben los precios y la demanda), pero siempre ha existido ese miedo a que los inquilinos dejen de pagar las cuotas. Cada vez son más los caseros que, para estar más tranquilos y tener garantías, contratan un seguro de impago. Por ejemplo, según la aseguradora Mapfre, casi el 20% de los propietarios cuentan con uno de estos seguros y el portal Idealista asegura que el 70% de propietarios que ha contratado uno, renueva.

¿Cómo funciona el seguro de impago?

Por lo general, este seguro ofrece garantías al arrendador ante los problemas o conflictos que pueda dar el arrendatario. En primer lugar, el seguro estudia la solvencia del futuro inquilino solicitando su contrato de trabajo y sus últimas nóminas, creando un filtro requerido como condición de asegurar la vivienda y

una vez que se firma el contrato, el propietario cubriría con su póliza hasta 12 mensualidades de rentas adeudadas siempre que notifique el impago cuando se produzca. Según las características del seguro, este procedería a los pagos de los recibos y también a la defensa jurídica y la protección del mobiliario.

¿Cuánto puede costar un seguro?

En una vivienda cuyas cuotas de alquiler mensual sea 600 €, el coste del seguro puede ser de entre 250 – 400 € anuales.

El seguro de impago está tomando protagonismo sobre todo en las grandes capitales.